domingo, 18 de agosto de 2024

Eres Mía, solo mía


de Sol Devlin Rohan
libro digital, eNeSeA ediciones, 2023.

 

Trama

La historia habla de Mía, una chica huérfana que vive en una pensión del barrio de La Boca en Buenos Aires.

Su vida es muy monótona. Prácticamente va del trabajo al profesorado, del profesorado a su cuarto de pensión, de la pensión al trabajo… y así sucesivamente todos los días.

El único escape que encuentra a su rutina son las novelas románticas de la época Victoriana que lee con el pretexto del profesorado, adjudicando que esos libros la ayudan a mejorar su inglés.

Tiene un mejor amigo, Emanuel, que, por supuesto está enamorado de ella y por eso decidió estudiar también el profesorado de inglés y pidió a su padre que le ayudara a conseguir un trabajo a Mía con alguno de sus amigos o contactos cuando por problemas con su madrastra y el nuevo novio de esta se vio obligada a irse de la casa. Y, obvio, ella no está enamorada de él, pero siente un gran cariño.

Una de esas tardes en las que se reuniría con Emanuel para estudiar se choca con una mujer al salir de la panadería. Nota que a la mujer se le cae algo y la persigue para devolvérselo, pero no logra alcanzarla.

Al llegar a la pensión, a la noche, siente curiosidad y revisa que había en el estuche de tela y descubre una pulsera hermosa, antigua, con zafiros formando una flor de color verde. Se la prueba y se olvida de ella.

Al día siguiente…

Al día siguiente se encuentra en una cama mullida y reconfortante. Se percata de que no está en su cuarto, no solo por lo cálida de su cama sino por la voz grave y molesta de un hombre que está ansioso por que ella despierte.

En ese momento comienza el baile… Mía se sobresalta ¡Cómo puede ser un hombre en mi cuarto! Pero claro, no era su cuarto, no era la pensión de La Boca, no era ni siquiera el siglo XXI.

Por designios del destino ella se encontraba en Inglaterra, en el siglo XIX y en la cama de un hombre que creía fervorosamente que ella era su esposa.

El hombre en cuestión se trataba ni más ni menos que de Lían Tanner, conde de Nordwhit. Hombre alto, morocho, fornido, con mala fama debido a su «mal carácter»— y su tío, el antiguo conde que no tenía una buena reputación y recorrían las calles unos chismecitos oscuros sobre su madre, la hermana del (poco) querido tío—; pero con mucho dinero y obsesionado por su reciente esposa, lady Lauren, quien al parecer no sentía mucha atracción por el conde, a pesar de ser una mujer de vida alegre, y ese es el motivo por el que huyó luego de concertarse el «sí, quiero», porque en realidad ella no quería. El que quería era su padre, el marqués de Crowle, que tenia problemas de juegos y necesitaba dinero. El dinero que el conde le ofreció por desposar a su joven y libertina hija.

Así que ante esa situación se encontraba la pobre de Mía que de tanto leer ficción se encontró metida en ella sin saber cómo; y lo más importante sin saber cómo regresar a su vida, a su tiempo y cómo convencer a Lían Tanner de que ella no era su esposa y para ello necesitaba encontrar a Lauren Parks.

La historia nos lleva por la odisea que tiene que transitar Mía para poder volver a la realidad, porque en un punto ella cree que todo eso es un sueño.  




Escena en la que surge un nuevo quiebre en la novela, que no voy a decir, pero es el esperado por todas las que amamos y leemos novelas románticas, y en el que por supuesto Mía se da cuenta de que no es ningún sueño.

En esa odisea la acompañan su dama de compañía, Agatha; el mejor amigo y mano derecha de Lían Tanner, Raphael, un encantador libertino; un amante de la verdadera Lauren, Christopher, que la busca todo el tiempo despertando los celos de Lían; y un personaje que ayuda a la protagonista a no enloquecer en ese cambio absurdo y abrupto de pasar de un continente a otro y de una época a otra sin sentido alguno, que es a quien ella bautizó como Pepa,


como Pepe grillo de Pinocho, ya que es su conciencia, una voz que en el libro se muestra autónoma, como que no fuera los pensamientos propios de Mía, sino de una persona aparte, que aparece en todo momento para mostrarle un punto de vista diferente de tal o cual situación. Sus entredichos suelen poner un manto de distensión por momentos en la trama, trae ligereza; y por otros enfrenta a Mía con la verdad.  

Opinión

La novela es una historia romántica que lo tiene todo: el protagonista seguro, imponente, que es condenado ante la sociedad por un pasado que los chismosos suelen distorsionar, pero por tener dinero pueden hacer caso omiso, una protagonista que por venir de otra época no es la tranquila y tímida dama victoriana, con una personalidad enérgica y dulce que lleva a meter en aprietos al conde, lo hace pasar por diferentes estados de ánimos desde la furia e impotencia hasta la emoción, la pasión y el sentido de protegerla. Esos celos posesivos (medidos) que a mí me encanta en los personajes ficticios masculinos, escenas tiernas, de amor, pasión, amistad, diversión.

En resumidas cuentas, la historia de Mía y Lían me ha gustado mucho. Eres Mía, solo mía es una historia clásica de romance que vale la pena leer y disfrutar.

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