de Sol Devlin Rohan
libro digital, eNeSeA ediciones, 2023.
Trama
La historia habla de Mía, una chica huérfana que vive en una
pensión del barrio de La Boca en Buenos Aires.
Su vida es muy monótona. Prácticamente va del trabajo al
profesorado, del profesorado a su cuarto de pensión, de la pensión al trabajo…
y así sucesivamente todos los días.
El único escape que encuentra a su rutina son las novelas
románticas de la época Victoriana que lee con el pretexto del profesorado, adjudicando
que esos libros la ayudan a mejorar su inglés.
Tiene un mejor amigo, Emanuel, que, por supuesto está
enamorado de ella y por eso decidió estudiar también el profesorado de inglés y
pidió a su padre que le ayudara a conseguir un trabajo a Mía con alguno de sus
amigos o contactos cuando por problemas con su madrastra y el nuevo novio de
esta se vio obligada a irse de la casa. Y, obvio, ella no está enamorada de él,
pero siente un gran cariño.
Una de esas tardes en las que se reuniría con Emanuel para
estudiar se choca con una mujer al salir de la panadería. Nota que a la mujer se
le cae algo y la persigue para devolvérselo, pero no logra alcanzarla.
Al llegar a la pensión, a la noche, siente curiosidad y
revisa que había en el estuche de tela y descubre una pulsera hermosa, antigua,
con zafiros formando una flor de color verde. Se la prueba y se olvida de ella.
Al día siguiente…
Al día siguiente se encuentra en una cama mullida y
reconfortante. Se percata de que no está en su cuarto, no solo por lo cálida de
su cama sino por la voz grave y molesta de un hombre que está ansioso por que
ella despierte.
En ese momento comienza el baile… Mía se sobresalta ¡Cómo
puede ser un hombre en mi cuarto! Pero claro, no era su cuarto, no era la
pensión de La Boca, no era ni siquiera el siglo XXI.
Por designios del destino ella se encontraba en Inglaterra,
en el siglo XIX y en la cama de un hombre que creía fervorosamente que ella era
su esposa.
El hombre en cuestión se trataba ni más ni menos que de Lían
Tanner, conde de Nordwhit. Hombre alto, morocho, fornido, con mala fama debido
a su «mal carácter»— y su tío, el antiguo conde que no tenía una buena
reputación y recorrían las calles unos chismecitos oscuros sobre su madre, la
hermana del (poco) querido tío—; pero con mucho dinero y obsesionado por su
reciente esposa, lady Lauren, quien al parecer no sentía mucha atracción por el
conde, a pesar de ser una mujer de vida alegre, y ese es el motivo por el que
huyó luego de concertarse el «sí, quiero», porque en realidad ella no quería.
El que quería era su padre, el marqués de Crowle, que tenia problemas de juegos
y necesitaba dinero. El dinero que el conde le ofreció por desposar a su joven
y libertina hija.
Así que ante esa situación se encontraba la pobre de Mía que
de tanto leer ficción se encontró metida en ella sin saber cómo; y lo más
importante sin saber cómo regresar a su vida, a su tiempo y cómo convencer a Lían
Tanner de que ella no era su esposa y para ello necesitaba encontrar a Lauren
Parks.
La historia nos lleva por la odisea que tiene que transitar Mía para poder volver a la realidad, porque en un punto ella cree que todo eso es un sueño.
Escena en la que
surge un nuevo quiebre en la novela, que no voy a decir, pero es el esperado
por todas las que amamos y leemos novelas románticas, y en el que por supuesto
Mía se da cuenta de que no es ningún sueño.
En esa odisea la acompañan su dama de compañía, Agatha; el mejor amigo y mano derecha de Lían Tanner, Raphael, un encantador libertino; un amante de la verdadera Lauren, Christopher, que la busca todo el tiempo despertando los celos de Lían; y un personaje que ayuda a la protagonista a no enloquecer en ese cambio absurdo y abrupto de pasar de un continente a otro y de una época a otra sin sentido alguno, que es a quien ella bautizó como Pepa,
como Pepe grillo de Pinocho, ya que es su conciencia, una voz que en el libro se muestra autónoma, como que no fuera los pensamientos propios de Mía, sino de una persona aparte, que aparece en todo momento para mostrarle un punto de vista diferente de tal o cual situación. Sus entredichos suelen poner un manto de distensión por momentos en la trama, trae ligereza; y por otros enfrenta a Mía con la verdad.
Opinión
La novela es una historia romántica que lo tiene todo: el
protagonista seguro, imponente, que es condenado ante la sociedad por un pasado
que los chismosos suelen distorsionar, pero por tener dinero pueden hacer caso
omiso, una protagonista que por venir de otra época no es la tranquila y tímida
dama victoriana, con una personalidad enérgica y dulce que lleva a meter en
aprietos al conde, lo hace pasar por diferentes estados de ánimos desde la
furia e impotencia hasta la emoción, la pasión y el sentido de protegerla. Esos
celos posesivos (medidos) que a mí me encanta en los personajes ficticios
masculinos, escenas tiernas, de amor, pasión, amistad, diversión.
En resumidas cuentas, la historia de Mía y Lían me ha
gustado mucho. Eres Mía, solo mía es una historia clásica de romance que
vale la pena leer y disfrutar.
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